¿Es posible ser madre en la
distancia? ¿Se puede educar desde un locutorio?
A partir de esta dinámica surgen nuevas configuraciones relacionales entre los miembros de cada hogar familiar, produciendo unas rupturas sustanciales con respecto a ciertas concepciones y prácticas convencionales de la maternidad, del sistema de cuidado y de los afectos. Bajo esta óptica, cuando se habla de maternidad a distancia o “transnacional”, se piensa en redes de soporte emotivo y material-económico que transciende las fronteras nacionales. En ese sentido, la transferencia transnacional del trabajo reproductivo, expresado en los servicios de proximidad, están forjando nuevos desafíos y significados de la maternidad, constituyendo así nuevas formas de crianza, construcciones que implican variaciones en el significado, prioridad y formas de organización, que a su vez dan lugar a nuevas negociaciones en las formas de cuidados en el lugar de origen, a la redefinición de roles de género dentro de la unidad doméstica (tanto en el lugar de origen como en el de destino), a la construcción de relaciones afectivas en la distancia.
El cortometraje 'La boda', de
Marina Seresesky, es otra muestra artística que refleja las vivencias de madres
inmigrantes para conectarse con sus familias y trasladarse hasta sus hogares de
origen. En esta historia, Mirta representa a muchas otras mujeres
latinoamericanas que migran solas a España, se dedican al trabajo en el sector
de los servicios y sus familias se quedan al otro lado del océano.
El aumento del número de mujeres
migrantes que viajan desde países de Latinoamérica, Europa del Este o África
hacia Estados Unidos y Europa occidental para trabajar como cuidadoras y
empleadas del hogar caracteriza la feminización de los flujos internacionales.
Los países de destino atraviesan una “crisis de los cuidados” ocasionada por la
acentuación de las desigualdades sociales y el aumento de los hogares donde los
miembros adultos trabajan para el sostenimiento de la familia, con lo
cual se necesitan de “otras mujeres” para encargarse de estos trabajos. Esta situación
provoca una reorganización de los cuidados tanto en los países de origen como
en los de destino.
A partir de esta dinámica surgen nuevas configuraciones relacionales entre los miembros de cada hogar familiar, produciendo unas rupturas sustanciales con respecto a ciertas concepciones y prácticas convencionales de la maternidad, del sistema de cuidado y de los afectos. Bajo esta óptica, cuando se habla de maternidad a distancia o “transnacional”, se piensa en redes de soporte emotivo y material-económico que transciende las fronteras nacionales. En ese sentido, la transferencia transnacional del trabajo reproductivo, expresado en los servicios de proximidad, están forjando nuevos desafíos y significados de la maternidad, constituyendo así nuevas formas de crianza, construcciones que implican variaciones en el significado, prioridad y formas de organización, que a su vez dan lugar a nuevas negociaciones en las formas de cuidados en el lugar de origen, a la redefinición de roles de género dentro de la unidad doméstica (tanto en el lugar de origen como en el de destino), a la construcción de relaciones afectivas en la distancia.